lunes, 10 de septiembre de 2007

Naufragio La Concepción

La Concepción y San Nicolás de Bari
Alias: La Felicidad; El Fandy; El Preciado



Collado mantiene en sus manos parte del mascaron de proa rescatado por el agrimensor Mc. Coll. Los informes de la época indican que se trataría del San Nicolás de Bari.


El 27 de mayo de 1767 el rey Carlos III de España firma una cédula real ordenando a las autoridades del Vireynato del Río de la Plata la expulsión de todos los padres de la orden de los Jesuitas.
En cumplimiento al mandato del rey, los Jesuitas comenzaron a agrupar los bienes y efectos personales y espirituales de la orden en el puerto de Buenos Aires.
Entre los elementos de valor de los religiosos figuraban joyas y otros objetos.
En el manifiesto de carga de este navío, consta desde el 24/03/1770 plata por valor de 621.420 reales y oro 9.157 reales, lo que da un total de 630.577 r., un verdadero tesoro!

El escritor e historiador Carlos Ferrer en su libro Epoca Colonial "La Compañía de Jesús en Montevideo" editado en 1975 relata en la página 192 cómo el Galeón que transportaba a los Jesuitas, se enfrenta en las costas de Montevideo con un temporal del sudoeste al acecho, llega a la zona de Malvín, sortea la Isla de Las Gaviotas y naufraga perdiéndose absolutamente todo su cargamento.
Pocos años antes, cerca de este lugar había naufragado el navío Nuestra Señora de la Luz con un fabuloso tesoro en sus bodegas, que los buzos de la época trataron de rescatar pero no lo lograron en su totalidad.
Desde esa época se había intentado en tierra, en la cercanía al naufragio de "la Luz", un lugar para el personal de rescate llamado "Estos años de buzos"Perdido en el "San Nicolás de Bari" los rescatadores que pretendieron recuperar el tesoro, salían desde el mismo lugar.
Se pudieron extraer varios cajones de plata labrada con alhajas que habían pertenecido a las iglesias y capillas de la Compañía de Jesús.Estos cajones por orden de Vertiz expresado en nota de fecha diciembre de 1771, a la Junta Municipal de Temporalidades, debían "partir en el primer buque que navegara hacia Cádiz" y así se hizo.

El San Nicolás pasó a la noche de los tiempos como otro fantasma del Río de la Plata, oculto, misterioso e inalcanzable. Jesuitas, naufragios, la ilusión casi perfecta de todo rescatador de tesoros submarinos y como si fuera poco, custodiado por el místico Río de la Plata.